Materializar lo invisible: el arte de Jimena Schlaepfer Prevot

Tuve la fortuna de toparme por primera vez con Jime cuando fuimos jóvenes creadoras del FONCA hace ya varios años; uno de los enormes beneficios de contar con estas becas, es que procuran complicidades creativas que a veces te cambian la vida. Fue a través de sus creaciones, su mundo fantástico y su increíble talento instintivo que la conocí y nos hicimos amigas de la infancia, siendo adultas.

En esa ocasión su quehacer artístico se concentró en un video en stop-motion que narra una preciosa y oscura historia con escenarios mágicos hechos de plastilina epóxica y recortes de papel, lo que me remitió a esas películas para niños -de estética austera propia de países de Europa del Este de los años 80- que sólo se podían ver en el Canal 11 un sábado por la mañana. Quedé fascinada por su personalidad y su trabajo, algo muy reconocible y muy antiguo se revelaba en él, algo más allá del entrelazamiento mágico de sus raíces mexicanas y europeas.

La elección de los materiales que utiliza en sus obras, apelarán al tiempo y espacio de lo que necesita comunicar desde su práctica diaria, acuarelas explosivas que fluyen con las historias provenientes de los sueños, tejidos de papel o palma que nos narran la vida en la naturaleza y la paciencia necesaria del trabajo con el barro, reflejada en la fragilidad y el brillo de las múltiples texturas de los esmaltes en su cerámica. Todo depende del día, la hora y el humor en la colonia Narvarte, en el mar, o en los Valles Centrales oaxaqueños.

En sus acuarelas abundan figuras chamánicas generalmente andróginas, que juegan con el fuego o nos regresan a nuestras épocas líquidas; sin embargo no se muestran aterradoras ni amenazantes, están en lo suyo, son curiosas y se divierten mientras a su alrededor se mueven las corrientes de su mundo. Su feminidad se presenta como un alma guerrera de múltiples extremidades que maniobra con todos los elementos de la creación.

Su obra en cerámica, papel o tejidos de palma, infiere vida a las criaturas de la tierra: seres y plantas increíbles que nacen aún en lo muerto y lo decadente, en los huesos restantes de otras vidas, que a su vez, dan vida a nuevas vidas. Así nos muestra, tal vez apelando a nuestro inconsciente ancestral, los ciclos de la vida y la muerte, que es la potencia de su discurso, siempre expresado con toques naturales de tierna belleza gótica.

Jimena Schlaepfer es una verdadera artista punk.

La fuerza de sus imágenes proviene de lo subterráneo, de ahí dónde también sucede la VIDA. Es una artista rebelde de naturaleza instintiva, que narra sin miedo, escenas propias de las profundidades más oscuras y de los seres extraños que ahí habitan esperando una visita un día cualquiera: alguien con quien dialogar o en el mejor de los casos salir a hacer travesuras, echar desmadre y una chela.

Una actitud siempre activa en las posturas de sus personajes, expresa la sabiduría del conocimiento de los ciclos de la vida desde el interior; en esos instantes capturados infraganti revela las disposiciones guerreras de sus espíritus y su naturaleza. En el juego, el rito y la preparación para la lucha entre la vida y la muerte, nos remiten al movimiento continuo pero sutil, están firmes más nunca inmóviles.

Algo en sus siluetas nos evoca las imágenes encontradas en cuevas, tumbas egipcias y templos prehispánicos, es lo teatral plasmado en esas escenas que cuentan historias de peligro, drama y pasión propias de lo que vive y lo que muere. Sin embargo, también hay algo -o mucho- de travesura en su obra que nos ofrece la posibilidad de la comedia y el humor negro; a través de sus personajes enmascarados o de sus diablillos bailarines se muestra tal como ella es, divertida y al natural, desde un conocimiento ancestral crudo, casi inconsciente.

Su arte habla del quehacer diario de lxs Diosxs, de su actitud ante la creación, la ceremonia, el alimento, la música, la danza y el descanso ¡También la pasan bien en el averno! Retrata a la naturaleza y sus deidades como las conoce, no como algo limitado a imitar lo que entendemos por naturaleza y nos asusta, sino como algo más profundo y precioso.

Jimena Schlaepfer es una verdadera diosa del inframundo, que a través de sus múltiples poderes creativos nos otorga el conocimiento de todo aquello que existe y que no vemos en nuestro ordinario cotidiano, aquello que es propio de las dinámicas naturales y los ciclos de vida-muerte-vida de los mundos marítimos, los cielos eternos y las tierras salvajes: el lado invisible del Cosmos.

Para conocer más de JSP y sus creaciones, síganla en IG: @jimenaschlaepfer o visiten su página web